Fuente: http://formula-one.speedtv.com
Escrito por: Will Buxton
Fecha: 09/11/2010 - 06:38 AM
Ciudad: Monza (ITA)
Hay algo especial en Monza. Lo puedes sentir desde el momento en que llegas. Los árboles que bordean el circuito son más antiguos que la propia pista, y sus troncos guardan el recuerdo de algunos de los más grandes pilotos de carreras que han existido. El viento que los atraviesa habla de triunfo y tragedia mientras la vieja curva peraltada en desuso se tiende sobre el parque, como un monumento al valor y el máximo desafío para un hombre y su máquina.
Monza es un lugar donde nacen las leyendas y el sábado por la mañana, cuando la satinada neblina comenzaba a despejarse y el ruido de los primeros motores despertaba a los somnolientos tifosi acampados alrededor del circuito, quienes pusieron su alarma para el amanecer fueron bendecidos con la suerte de observar el más reciente capítulo de la historia de un piloto que podría haber llegado a dar forma al futuro de este deporte.
Esteban Gutiérrez es un nombre que, si no lo ha hecho todavía, le invito enfáticamente a conservar en la memoria. Apenas ha cumplido 19 años, pero el piloto campeón de la temporada 2008 de la Formula BMW Europea ya ha probado una máquina de Formula Uno por cortesía de BMW, y a las 9:15 de la mañana del sábado, una vuelta de sublime precisión y ejecución le dio al mexicano la pole position más importante de su vida, porque los dos puntos que vienen con ella le dieron la corona de la primera temporada de la serie GP3.
La Serie GP3 fue establecida este año como una categoría semillero para la GP2 que, a su vez, es por mucho el semillero más exitoso para la Formula Uno de la era moderna. El campeonato consta de 30 pilotos manejando autos con motores turbo de dos litros idénticos, chasis idénticos y neumáticos Pirelli también idénticos. Al igual que en la GP2, las únicas ventajas que se pueden tener en el campeonato son la habilidad del piloto y qué también logre trabajar con sus ingenieros.
Desde el principio fue evidente que Gutiérrez era un poco diferente a sus rivales.
Lo habíamos visto en la Formula BMW, que sirvió como evento de soporte para la Formula Uno cuando fue campeón, hace dos años, pero esta vez se sintió diferente. Gutiérrez era ahora un poco mayor, un poco más sabio, pero no menos devastadoramente rápido.
En el primer fin de semana del campeonato GP3 subió al podio en ambas carreras. En las siguientes tres rondas ganó las carreras principales con una habilidad que imponía respeto. Su triunfo en Estambul puso el tono. Tomó el primer lugar al inicio, y después registró una vuelta rápida tras otra. Si la memoria no me falla, hizo diez consecutivas. Fue un reto para sus rivales. “Atrápenme si pueden”. Y los aplastó.
Su pole position en Silverstone me dejó aturdido. En la pantalla, la vuelta parecía lenta. No doblaba agresivamente y usaba tan poco los cordones que parecía simplemente una vuelta más, nada especial. Miré las pantallas. Estaba dejando sectores color violeta. Y después cruzó la línea. En una serie “spec” de autos idénticos, había tomado la pole position por seis décimas de segundo con una vuelta que parecía no haberle exigido ningún esfuerzo.
El de Spa fue el único fin de semana en que no obtuvo un solo punto. Él lo atribuyó al hecho de que se había cortado el pelo, algo que nunca hace durante una temporada. Eso puede ser un poco supersticioso, pero para ser justos, el clima y los oficiales tuvieron que ver en un fin de semana muy atípico que el sábado trajo para Robert Wickens uno de los triunfos más extraños que he visto y el domingo una victoria desde el fondo de la parrilla que, siendo honestos, fue una lotería para Adrien Tambay.
Lo interesante del fin de semana Belga fue que Esteban llegó a Monza con una ventaja de 18 puntos sobre Robert Wickens, y con 20 puntos todavía por disputar en el último fin de semana de la temporada. Wickens necesitaba un fin de semana perfecto y esperar que Gutiérrez no hiciera ningún punto. En el mejor de los casos, algo muy improbable.
Así llegamos a la sesión de clasificación de la mañana del sábado en Monza. Y como lo habíamos esperado, se convirtió en un duelo entre los rivales por el campeonato. Cuando faltaban cinco minutos en la sesión, Gutiérrez llegó a la cima… pero no había terminado.
Con un poco más de un minute en el reloj, Wickens empezó su última vuelta rápida. En el primer sector la diferencia era apenas 0.020 más que el tiempo provisional de su rival. Iba a ser un final muy apretado. El canadiense tenía que aprovechar esta vuelta. Tenía que ser perfecta.
Las cámaras dejaron a Wickens y se enfocaron en la Parabólica. Una larga línea de autos se hacía a un lado, y detrás el auto rojo y blanco de Gutiérrez, con su casco dorado reflejando los primeros rayos del sol y actuando como aviso para todos los que iban delante de él. Si los otros autos le hacían perder tiempo, Wickens realmente tenía una oportunidad.
Pero es aquí donde Gutiérrez fue más inteligente. Calculando a la perfección su última vuelta, alcanzó a varios autos a la mitad de la Parabólica y al salir de ella usó la succión combinada de todos ellos para maximizar su velocidad en la recta con un efecto devastador.Cruzó la línea de meta y mejoró su propio mejor tiempo por más de medio segundo.
Fin de la partida. El déficit de 0.020 de Wickens se convirtió en uno de 0.520. No habiendo nadie cerca para aprovechar la succión, no había forma de poder contrarrestar la diferencia. Gutiérrez tenía la pole position, tenía los dos puntos adicionales y, lo más importante, tenía el campeonato.
Me fui al paddock de la GP3 para felicitarlo después de la sesión, y lo encontré posando para fotografías y firmando autógrafos. Caminó hacia mí, se estremeció, me dio una palmada y me abrazó.
“¿Ya te cayó el veinte?” pregunté.
“El equipo no me dijo que tenía la pole hasta que llegué a los pits”, se rió tímidamente, “pero no, se siente bien. Muy bien”.
Lo que más me gusta de Esteban es que no hay arrogancia ni ego. Es un chico muy normal, bendecido con el talento más increíble. Es un tipo muy religioso y patriota, expresa sus emociones abiertamente y simplemente no tiene miedo de ser él mismo. Eso es algo que espero que nunca pierda, y sospecho que probablemente no lo hará.
¿Qué sigue para Esteban Gutiérrez? La GP2 llama, sin duda, y hay quienes dicen que ya está listo para la Formula Uno. Todavía protegido del equipo Sauber, ellos no quieren apresurarlo antes de estar listo, y un decepcionante año en la F3 en 2009 podría sugerir que tal vez todavía no es el producto completo para enfrentarse a rivales más fuertes.
Así que, la temporada 2011 de la GP2 podría ser una de las más competitivas por algún tiempo. Se espera que Gutiérrez, Wickens, y el norteamericano Alexander Rossi lleguen a la serie, y esa podría ser la consolidación para los tres.
Para Gutiérrez, las ovaciones le llueven.
Para mí, él es uno de los pilotos jóvenes más talentosos del mundo en este momento: la clase de diamante que sólo aparece una vez en cada generación. Tiene todas las características de Lewis Hamilton o Fernando Alonso a esa edad. Pero aunque su talento es maravilloso es su madurez, su cabeza fría y su humildad lo que lo señalan no sólo como un gran piloto, sino como un gran tipo también.
Si sigue actuando como hasta ahora, no pasará mucho tiempo antes de que veamos a Esteban Gutiérrez en la Formula Uno, y el paddock será un lugar mejor por tenerlo ahí. Su tapete de bienvenida ya está preparado. Porque en el paddock de la F1, donde residen sus mayores sueños como piloto, ya ha recibido un sobrenombre muy significativo: “El Elegido”.